¿Cómo conseguir ser buenos padres?

Hay que empezar con la crianza de los niños en una edad muy temprana, ya al final del primer año de vida hay que establecer las reglas y seguirlas de manera coherente. No es difícil concebir a un niño ni dar a luz. La tarea más difícil es crear a un hombre feliz, inteligente y bueno. En el mundo de hoy muy ajetreado y con prisas continuas nos parece que educar es comprar un juguete nuevo y evidentemente no es así.

Muchos padres no hablan con sus hijos pequeños ni les escuchan. Para el buen desarrollo de un niño son necesarios los padres. Ambos padres.

Ser un buen padre no significa dejar que el niño haga todo lo que quiera, no significa comprar regalos y  ceder a todos los caprichos. Ser un buen padre significa pasar tiempo con el niño, acompañarle en su día a día, enseñar el mundo…

Ofrece a tu hijo la sensación de seguridad

Muestra tu amor y ternura. Abraza, acaricia, besa. En los brazos de los padres un niño se siente seguro, se siente querido. Asegúrate que tu hijo sepa que le quieres incluso cuando no se porta bien. Nunca le digas que dejarás de quererlo porque se ha portado mal. También a los padres les da una sensación de seguridad tener reglas establecidas y aplicarlas de manera coherente.

Muestra respeto a tu hijo

No humilles, no hables mal, no insultes a tu hijo. No le compares con nadie, sobre todo en presencia de otras personas. Si eres tú quien se ha portado mal, pide disculpas a tu hijo.

Pasa mucho tiempo con tu hijo

Juega con tu hijo, lee libros con él, cuéntale cuentos, camina, viaja, deja que te ayude en tareas de hogar, ya un niño pequeño lo hará encantado. Cuando estés con tu hijo, hazlo al 100%. Los niños que se sienten ignorados o cuyos padres muestran indiferencia, pueden llegar a ser agresivos.

Enseña a tu hijo que la felicidad no es una cuestión de cuánto tiene sino cuánto se puede hacer con lo que se tiene. No compres muchos juguetes, dale a tu hijo tu tiempo, no el dinero.

Aprende a escuchar

Tu hijo ya siendo bebé está tratando de comunicarse contigo. La verdadera comunicación es unilateral y, a menudo muy difícil. Los bebés y los niños pequeños están comunicándose con nosotros con todo su cuerpo. El comportamiento malo (como lo entienden los adultos) puede ser causado por el deseo de llamar la atención.

Determina las reglas y utiliza la consecuencia

Si quieres que tu hijo no toque la estufa y él al jugar lo hace, dile con calma pero con firmeza: ¨no toques porque te puedes quemar¨. Repítelo cada vez que pase. Recuerda sin embargo no multiplicar las prohibiciones. Todas las prohibiciones e indicaciones están enseñándole lo que es correcto y lo que no lo es, el niño nace sin saberlo. Recuerda también que no es suficiente repetirlo una vez, la consecuencia te ayudará.

No tengas miedo de ser firme

Tu hijo tiene que saber que no significa no. No es necesario y es hasta recomendable no ceder a todos tus caprichos. Ésto le quita a tu hijo la sensación de seguridad. No cedas si el niño llora o grita. Trata de mantener la calma en estas situaciones. Dile con firmeza que no te gusta su comportamiento, intenta distraerlo con otra cosa.

Aprende a hablar con tu hijo

Habla con tu hijo con voz suave. No le insultes, trátale con respeto. Usa frases cortas y no te vayas por las ramas hablando a un niño pequeño. Recuerda que malas palabras pueden llegar a hacer el mismo daño que un cachete. Dile que te sientes orgullosa de él. Repite que puede conseguirlo todo, que todo le saldrá bien. Esto le ayudará a tener más confianza en si mismo.

Permite a tu hijo muestras de afecto

Los niños a veces tienen los sentimientos muy opuestos. Por eso permite a tu hijo llorar, gritar, tener miedo o enfadarse. Las lágrimas y la rabia a veces ayudan a sentirse mejor al final. Tu hijo tiene derecho de mostrar su enfado por alguna prohibición tuya, pero esto no significa que tengas que ceder. Deja que tu hijo tenga su opinión y que pueda defenderla. No le obligues a ser sumiso. No es necesario que haga todo para complacer a los demás. Él también tiene derecho de tener su opinión y de enfrentarse a lo que no le guste.

Deja que tome sus propias decisiones y que haga cosas que le gustan

Lo antes posible deja que tome sus propias decisiones. Qué me pongo hoy? Qué voy a desayunar? Invitale a que él sólo resuelva sus problemas. No es bueno protegerle de todo el riesgo. Enseña que todos sus comportamientos y decisiones tomadas tienen su consecuencia.

Enseña a tu hijo el orden y las reglas de savoir vivre 

Ya un niño de 2 años puede tener sus tareas lo que haga que se sentirá parte de la familia. «Saber estar» es tener respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Enseñando las normas enseñamos amor y respeto, nos convertimos en una figura importante en la vida de nuestro hijo. Un niño que sabe que hay límites, sabe diferenciar el bien y el mal y tiene sensación de seguridad en su familia.

Hoy en día parece que cada vez es más difícil educar a los niños. A lo mejor no nos damos cuenta que lo más valioso es nuestro tiempo. Tiempo que deberíamos regalar a nuestros hijos. Amor, respeto mutuo y tiempo que tendríamos que pasar con nuestros hijos nos ayudarán a convertirnos en buenos padres.