Con el progreso y desarrollo de la civilizacón, y sobre todo, a causa de las nuevas posibilidades de la medicina moderna, ha aumentado consideramente la esperanza de la vida de las personas.
Por desgracia, vivir muchos años no significa siempre tener la misma calidad de vida y estar en la misma condición física, aunque la diferencia entre la edad biológica y lo que figura en nuestro DNI puede variar hasta 20 años.
A menudo, en nuestros hogares o familias hay una persona que requiere una atención especial, una madre, un padre, una abuela, un abuelo. El cuidado de una persona con discapacidad o de edad avanzada, ya a menudo uno y otro, absorbe mucho tiempo y simplemente es difícil. Hay que prepararse para ello, ya que requiere, no sólo, una gran cantidad de dinero, mucha paciencia, tiempo, dedicación, pero a veces incluso un esfuerzo físico considerable. Teniendo en casa a una persona mayor o enferma, tenemos saber mucho acerca de la enfermedad misma y sobre cuidados especiales que ésta requiere. Es bueno hablar con el médico, o pedir consejo a las asociaciones de personas con enfermedades similares. El hecho de conocer la enfermedad y sus síntomas nos hará muy sensibles a cualquier cambio más sutil y así podremos evaluar si la dolencia progresa o si la persona se está recuperando.
Al enfermo hay que proporcionarle un confort adecuado. Hoy en día disponemos de tiendas especializadas en este tipo de ayuda y facilidades a personas mayores.
Las familias, cada vez tenemos menos tiempo, trabajamos o tenemos niños a nuestro cargo y a veces es difícil o casi imposible darle la atención que se merece y necesita una persona mayor.
Los servicios de una cuidadora, puede ser trabajando como interna o externa, son necesarios para una persona que debido a una enfermedad o discapacidad necesita ayuda para sus necesidades diarias. Los cuidadores ayudan en la higiene diaria y aseo personal, en hacer compras, preparación de las comidas y lo importante proporcionan el contacto con el mundo que está alrededor. Salir a tomar un café, charlar con una señora de la tienda o simplemente pasear, es necesario para una persona mayor, la hace feliz.
Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
Las cuidadoras mayormente son personas con experiencia en el cuidado y el trato de las personas mayores y enfermas, muchas veces han trabajado en residencias para mayores. Saben de la importancia de su trabajo e intentan hacerla de la mejor manera posible, ayudando a familias pero sobre todo a la persona mayor que necesita su ayuda.